EL TRIUNFO DE LA NATURALEZA

Vivo con angustia la relación entre la humanidad y la naturaleza, investigo las fallas y marcas que esta interacción deja a su paso. Me interesa estudiar la percepción tradicional de la naturaleza como lugar idílico y su capacidad de transformarse en un medio hostil. Busco hacer visibles los hechos y relaciones que damos por sentado, de los que no nos percatamos, que pueden sencillamente romperse y tener consecuencias catastróficas.
Chernobyl parte del desastre nuclear en Ucrania en 1986 y al llamado “Bosque Rojo” en un área de alrededor de 4km2 cercana al reactor que luego del desastre murió y tomó una coloración rojiza/cobriza. Es posible ver el rastro de la intervención no deliberada del ser humano en las células vegetales de los Pinus sylvestris sobrevivientes al accidente; en sus anillos están grabados los efectos de la exposición a la radiación.
Hago crecer minuciosamente mis dibujos como si fueran plantas, en algo parecido a un microcosmos de células e infecciones. La búsqueda es paisajes que perturben, que sean siniestros y generen miedo a pesar de la belleza.
Hoy en la zona de exclusión ha vuelto a florecer la vida salvaje, pero “el desastre de Chernobyl está escrito en sus árboles”[1].
[1] Mark Kniver, BBC.